Como muy bien señaló el artista y
teórico Josef Albers (1888-1976), el color es uno de los conceptos más
relativos en el arte. Este razonamiento es comprensible si tomamos en cuenta una
serie de variables que inciden directamente en la percepción que tenemos de los
colores y que pueden diferenciarse en tres categorías:
La fuente luminosa: De más está decir que gracias a la
presencia de la luz percibimos no sólo los objetos sino también su
cromaticidad. De las diferencias e intensidades lumínicas que inciden sobre el
objeto resultan variaciones en la percepción de un mismo color. Existe, por
ejemplo, diferencia entre luz solar y luz artificial; y dentro de la luz
natural, las diferentes posiciones del Sol a lo largo del día hacen que la
incidencia de luz provoque variaciones en el color del objeto.